Trabajan en los semáforos, hacen alguna rutina para entretener a la gente en lo que cambia del rojo al verde y buscan ganarse algunos pesos, pero éstos chavos que trabajan en las esquinas de las calles haciendo actos circenses para conseguir unas monedas, buscan ser profesionistas.
Alejandra Joaquín junto con Christian Cano llevan hasta 2 años trabajando en la calle pero lo hacen porque es la forma en que ellos disfrutan de su pasión y comparten su talento mientras el semáforo detiene el tráfico por los rumbos de las prepas y del Libramiento Oriente a la altura de La Hielera. Ambos buscan terminar la prepa porque su sueño está en irse a Puebla y estudiar la Licenciatura en Artes Circenses.
Junto a Alejandra y Christian se encuentran Karina Guerrero y Cassandra Díaz, quienes tienen poco tiempo el hula hoop (o hula hula) y toma esta actividad como ejercicio, pues el movimiento de caderas y abdomen representan el gran reto ya que mover el aro aproximadamente por 8 minutos continuos equivale a correr un kilómetro.
“Ésta actividad es un gran reto, tienes que hacer muchos cálculos matemáticos y de física para manipular las fuerza, los ejes, la energía y hasta el tiempo” comentó Christian, quien disfruta cada actividad y no solo maneja el hula hoop, sino que manipula el aro de insolación, crea efectos visuales con los movimientos, hace trucos y malabares con las clavas a demás ser mimo.
Alejandra, Karina, Cassandra y Christian son cuatro chavos uruapenses que invitan a la ciudadanía a practicar esta actividad recreativa en la que pueden ejercitarse, divertirse y aprender trucos y malabares circenses.
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